Liquidez
En términos más simples, la liquidez describe la facilidad con la que se puede comprar o vender un activo o valor sin afectar significativamente su precio. Si hay una gran demanda de una acción, significa que el mercado es más líquido, lo que permite a los inversores comprar y vender fácilmente esa acción.
El término liquidez se puede aplicar a cualquier mercado de capital, como acciones, metales preciosos, materias primas y más.
En otras palabras, la liquidez del mercado sirve esencialmente como una medida de la facilidad con la que los comerciantes pueden comprar y vender valores. Los mercados líquidos se definen por los altos volúmenes de negociación y un estrecho margen entre los precios de compra y venta.
En circunstancias normales, la alta liquidez del mercado es un gran beneficio. Los mercados de capital que tienen mucha liquidez permiten a los comerciantes intercambiar activos de manera eficiente y rápida y les permiten abrir y cerrar posiciones rápidamente. Tales condiciones de mercado oportunas a menudo atraen a más comerciantes e inversores, lo que finalmente agrega aún más liquidez.
Por otro lado, los mercados con poca liquidez pueden dificultar mucho la negociación de los activos subyacentes, ya que puede llevar mucho tiempo ejecutar la transacción. Además, en los mercados de baja liquidez, los compradores y vendedores pueden tardar un tiempo en ponerse de acuerdo sobre el precio, lo que en última instancia da como resultado amplios diferenciales de oferta y demanda y tarifas de ejecución elevadas.
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